sábado, 14 de agosto de 2010

ENTRE TANTAS FRIEDAS

Me llamo Buch; Herman Buch. Depende del eje de rotación de la Tierra aparezco por el este y desaparezco por el Oeste. En realidad esta situación únicamente ocurre dos días al año. El resto de los días puedo aparecer donde menos te lo esperes o, donde tu blog me lleve.

Recuerdo el año en que llegue a este amanecer. Confundiendo mi nombre a las amistades que me rodeaban y a los enemigos que me cercaban, decidí, para salvar problemas de lengua, pues no pocos eran los que al pronunciar mi nombre se lastimaban su órgano muscular situado en la cavidad de su boca, provocando pequeños goteos de sangre y ganando enemistades, decidí, digo, amoldarme a su lengua, país de este amanecer, corrigiendo mi nombre por dos motivos.

Uno; fácil deducción: al pronunciar mi verdadero nombre, Herman, lo pronunciaban con la letra “G” con lo cual quedó mi nombre como sambenito a su traducción castellana de Germán. Un sambenito consentido, que no con sentido, pero en fin, letras a la mar.

Dos; no tan fácil deducción, pero a ello voy.

No quise que se me confundiera con el verdadero Herman Wouk, (que más deseo suspirado) pues no pocos, en época escolar, universitaria y otras gaitas, conformaban mi apellido Buch con el apellido Wouk.

Vosotros, futuros lectores de estos secretos al amanecer, habréis sospechado que me estoy refiriendo al autor de “Youngblood Hawke” .

Releyendo la traducción de alguna de las novelas de Herman Wouk, en este mi país de acogida, no es de extrañar mi sorpresa en el bautizo de mi nombre Herman por Germán.

“Youngblood Hawke” es el titulo original de una de las obras más conocidas de Herman Wouk. Como digo, en este país de acogida, la traducción a esta novela quedó como “Mundo, demonio y carne”. Casi nada lo del ojo y lo llevaba en la mano.

Esta novela “Youngblood Hawke”, con guión del propio Herman Wouk, se llevó a la pantalla con el mismo titulo, pero, siempre un pero en este mar amanecido, nuevamente, en este mi país de acogida, bautizaron su estreno con dos sonoros cambios; en unos cines se anunció como “Una mujer espera” y, en otros cinemas se anunció con un titulo más romántico, siendo un drama, la titularon “Un amor espera” con la hermosa protagonista de “La mujer sin rostro” Suzanne Pleshette.

Suzanne siempre me regala excelentes momentos, como el momento de escuchar Suzanne de Leonard Cohen.

Por cierto, me gusta Susana en esta traducción de amanecer sin secretos.

Todo esto, rollo o no, más como presentación de quien soy, como advertencia para navegantes sin mar que, a la deriva, hayan llegado a esta orilla castigando sus ojos hasta el último punto final de cada historia o historias. Así es, pienso llenar de borrones estos folios en blanco que se me presentan ante la pantalla. Pienso escribir, permitidme el plagio a casi mi tocayo Herman Wouk (salvando las grandes distancias, naturalmente) del Mundo; del Demonio y de la Carne.

No pretendo ser el dragaminas Caine, ni mucho menos el capitán Queeg, ni en la ficción ni suplantando al actor duro que dio replica a ese personaje, Humpfrey Bogart.

Bien; la cita al duro, dicen, a Bogart o Queeg, se debe a la película “El motín del Caine”. “El motín del Caine” os sonará un montón como celuloide y mucho menos os sonará como novela del gran Herman Wouk.

Con todo esto quiero decir que no llego a este amanecer a imponer disciplina ni a cambiar ninguna norma si la hubiera, esto es, divertirme, distraerme. Únicamente intentaré recrearme a mi mismo y solazar a la tripulación hasta desaparecer la palabra motín.

“A la señora Frieda Winter, recordando con gratitud su amabilidad hacia un joven solitario en la ciudad.

El primer ejemplar salido de la imprenta, primer fruto de mi pluma, con sincera admiración que nada puede cambiar”

(Arthur Youngblood Hawke de Herman Wouk)

Frieda Winter puede ser Susana entre tantas Friedas.

“Arthur Youngblood Hawke

HOVEY, 1920 – NUEVA YORK, 1953

La muerte solo es tristeza. La tragedia está en el desgaste”

(Mundo, Demonio y Carne de Herman Wouk)

Suzanne Pleshette