Petrogrado olía a ácido fénico.
El humo de sus calles, guiaba el final de sus días.
El día luminoso, desnudo,
reflejaba en su plaza
Una voz del tiempo, despierta el letargo,
tomando el palacio de invierno.
Leningrado desalojó su retiro, anestesiada,
Anastasia huyó de su fuego,
muerta, viva,
claman voces en la Historia.
Sant Petersburgo luce su hora,
su luz violeta
su ermita a orillas del Neva.
Sant Petersburgo
noches blancas
luz violeta
aguja dorada
sobre el arco de invierno.
8 comentarios:
Preciosas letras para describir una ciudad.
Me gusta. Bicos.
recuerdo que esa misma luz, robada en el brillo encerado de la plaza, encendió el verde de mis pupilas
al entender que los pasos de aquel hombre se encaminaban irremediablemente hacia mí
le esperé,
me alcanzó,
y se nos hizo tarde,
como a mis dedos sobre la tinta de tus letras
Hermosa sin duda San Petersburgo, estimado German.
"El humo de sus calles guiaba el final de sus días"... Ese verso es precioso, me dice mucho.
Un fuerte abrazo, no desde Rusia precisamente.
siento de veras no conocerla, y más ahora con ese atardecer en rojo y lila que me gusta tanto
aún así me llegan sus luces (y sus sombras) con tus palabras
Hermoso texto, preciosa foto.
Un placer leerte.
Un beso desde mis Amanteceres
Y yo pensaba en Venecia, o en Estocolmo. O pensaba en que aquí sólo llueve. Pensaba en que yo no luzco en mis horas naranjas ni en las malvas. Pero pese a la Tempestad me invadió cierta calma el leerte.
GRACIAS!
Menudos regalos me haces! Gracias por seguir mi historia...
A veces es agradable dejarse cuidar!
San Petersburgo, mi próximo destino, tal vez. Hay algo que me atrae a viajar y llenarme de su esencia. Ahora, gracias a ti, mis sentidos pueden percibir: sus noches blancas, luz violeta, aguja dorada sobre el arco de invierno...
Simplemente delicioso
Publicar un comentario